El mediocampista estrella del club Fulham de la Premier League inglesa, que atrajo una oferta de transferencia de parte de la Sampdoria de la Serie A italiana, reconoce haber sido consumido por el alcohol, por las drogas y los juegos de azar, y podría haber terminado en la cárcel.
Pude haber terminado en la cárcel por hacer las cosas mal. O peor aún, podría haber terminado muerto de no haber encontrado a Dios. Zoltan Gera dice que su esperanza es que su cambio tan notable dé esperanza a otros.
La temporada pasada Zoltan fue el héroe del Fulham, marcando goles vitales, incluyendo el gol ganador sobre el final de una dramática semifinal, partido de vuelta contra el Hamburgo alemán, dándole al Fulham su primera final europea. En la temporada anterior, jugando para el West Bromwich, sus goles ayudaron a ganar el ascenso a la máxima categoría.
No es un jugador titular en el Fulham, por lo cual Zoltan ha expresado su deseo de ir donde ese sería el caso, lo que llevó a conversaciones con el técnico Mark Hughes, que dice: “No quiero que se vaya. Es un gran jugador. Me gusta como jugador y me gusta como persona. ”
A medida que su carrera va viento en popa, Zoltan agradece que todavía puede jugar, no importa jugar en la Premier League, porque los médicos una vez le dijeron que había sometido su cuerpo a tanto abuso, a través de la bebida y las drogas, que nunca podría jugar al fútbol en el más alto nivel.
No sólo la recuperación física de Zoltan Gera es increíble, sino que también su restauración personal es sorprendente. Ahora, muy educado y de buen comportamiento, es completamente diferente al adolescente que casi tiró su talento y su vida por la borda luego de caer con mala junta.
El húngaro dice que él es el único responsable por su comportamiento como un joven, y de ninguna manera puede culpar a su crianza ni su entorno: “mis padres me dieron todo lo que les pedía y había suficiente comida para comer.”
Pero después del divorcio de sus padres, Zoltan fue influenciado por un grupo de compañeros que lo llevaron a la delincuencia, a las apuestas, a beber, fumar, y eventualmente las drogas. A la edad de 16 años, había abandonado la escuela y el fútbol. Albergaba pensamientos de de convertirse en un criminal, un padrino en la vida real, temido por todos, que priva a las personas y lucha todos los días.”
Pero su padre no se dio por vencido con él, y cuando el padre Zoltan encontró la fe en Dios, persuadió a su hijo pródigo a ir a la iglesia también. Para su sorpresa, Zoltan encuentró que la iglesia era un lugar feliz y alegre, no sin brillo ni aburrido.
“En nuestro camino a casa le pregunté a mi padre por qué la gente estaba cantando y aplaudiendo con tanta alegría”, recuerda Zoltan. “Èll me dijo que estaban cantando a Dios por haber experimentado su presencia. En ese momento, tuve una buena sensación.
“Antes, yo pensaba que la aceptación de la existencia de Dios era suficiente para ir al cielo. Al igual que muchas personas hoy, no sabía qué significaba realmente creer en Dios. Muchas personas dicen que creen en Dios, y piensan que eso es suficiente. Pero la Biblia dice que la fe sin acciones está muerta. No sirve de nada hablar de la fe cuando sus acciones se contradicen.”
Zoltan comenzó a darse cuenta de que tenía que alejarse de su antigua vida, pedirle perdón a Dios por sus pecados y pedirle a Jesús que entre en su vida. Èl recuerda: “mi papá me dijo que yo debía arrepentirme de mis pecados y debía aceptar la paga que Jesucristo hizo por mí en la cruz.”
Zoltan comenzó a cambiar a partir de recibir, por la fe, el perdón de sus pecados, pero algunas cosas son difíciles de abandonar, especialmente los juegos de azar. Pero un día, finalmente venció su adicción: “Yo estaba sentado en un banco a las afueras de un casino y dije a mí mismo: ´¿qué estoy haciendo aquí?´, me fui y nunca entré en un casino de nuevo.”
Como resultado de su nueva fe, descubrió la alegría de fútbol. Pero su cuerpo era un desastre. “Parecía un esqueleto. A menudo tenía que dejar de entrenar porque tenía dolor en mis articulaciones.”
Los médicos no podían ofrecer soluciones, pero Zoltan puso su esperanza en Dios y su poder para sanar. La Biblia dice que la langosta y el gusano consume, Dios puede restaurar.
Dios no decepcionó. Zoltan es el capitán de la selección nacional de Hungría y ha sido nombrado jugador húngaro del año en tres ocasiones.
Zoltan dice: “Yo era un niño malo, pero cambié. Por eso es que quiero ser un buen ejemplo. No importa cuántos años tienes, siempre hay oportunidad para dar vuelta el rumbo de tu vida.
“Después de convertirme al cristianismo, le dije a Dios: ´Ayúdame, Dios, a convertirme en un buen jugador de fútbol.´ Honestamente, le dije a Dios que quería ser un jugador exitoso para que la gente puede ver que hay una salida del lío en el que están metidos. Que hay esperanza para ellos, también. Ahora soy feliz.
FUENTE: Periódico El Desafío (http://challengenews.org/us-