La hija del iconico músico, Ray Charles perdono a su padre detrás de las rejas de la prisión.
La mayoría de nosotros conocemos al genio ciego de la música Ray Charles, como el padre de la música soul, pero para Sheila, era el padre ausente de 12 niños que la impulsó a la búsqueda de su identidad en las garras de las adicciones ilícitas.
Incluso después de conocer a su padre por primera vez en sus años de adolescencia, Sheila recuerda tristemente que su confusión personal permanecía.
“Atravesé por un dolor muy grande tratando de descubrir quién era yo. El mundo entero conocía a Ray Charles y yo siempre fui presentada como su hija, nunca como Sheila,” compartió en una entrevista televisiva para el canal CBN.
“Con el fin de encontrar mi identidad inventé personas e inventaba cosas en mi vida que pretendía ser quien era yo.”
El abuso cuando era niña, una madre alcohólica y el golpe descorazonador de “tener que hacer una cita” para lograr su primer encuentro con su padre, se combinaron para impulsar a Sheila por un camino del que pensaba que no había retorno.
A pesar de que ella soñaba con seguir los pasos de su padre a través de una carrera en la industria de la música, Ray se oponía a la idea.
Sus temores se hicieron realidad cuando Sheila entró en el mundo de las drogas y la adicción a la cocaína durante 20 años.
Tres pasos por la prisión federal siguieron como consecuencia de su adicción y tocó fondo con la culpa de perder la custodia de sus cinco hijos.
“Fue durante la tercera vez en la cárcel que descubrí mi verdadero yo, que estaba en Cristo”, recuerda.
Sheila comenzó a leer la Biblia en la cárcel, en las primeras horas de una mañana, recuerda caer de su cama al piso de la cárcel e irrumpir en llanto incontrolable.
“Fue como un grito de dolor y sufrimiento que había culminado. Yo sabía que mi vida como existía hasta el momento no podía seguir más. La muerte era más [favorable] que continuar en el estilo de vida que estaba viviendo”, explica.
“Miré al techo y clamé y dije ‘¡Dios…Me han dicho que eres el autor de la vida y la muerte y si tienes tanto control entonces llévame de este planeta en este momento porque…yo no puedo hacer esto!”
Dios hizo algo sobrenatural en ese momento: en lugar de encontrar la muerte, Sheila encontró la vida eterna.
“Estoy aquí, en el punto más bajo, humilde- mente, rogándote Dios”, exclamó.
“Llena mi corazón con tu amor, llenar mi mente con su sabiduría y con tu espíritu y con tu gracia.” Mirando hacia atrás a aquel momento, Sheila dice con confianza: “No hay profundidad del infi- erno que Dios no puede alcanzar y sacarte, y te digo que Él se inclinó a una verdadera profundidad en
mis circunstancias.”
Rápidamente llegó a entender que “la gracia (amor inmerecido) de Dios fue suficiente”, y que Él le estaba diciendo, “Si me das todo ese dolor, sufrimiento, heridas, problemas de abandono… yo te voy a sacar de esta cautividad espiritual”.
“Dios es tan sorprendente, que envió a su Hijo [Jesús] para la gente como yo”, dijo Sheila a Times- freepress.com.
La comprensión de que Dios le había perdonado de todos sus errores del pasado y pecados ayudó Sheila perdonarse a sí misma y su padre también. “Mi padre no tenía ninguna habilidad como padres”, explica en retrospectiva. “Se crió en una institución para ciegos, y luego estaba siempre de gira.”
Sheila agrega que una de las canciones de su padre, “Usted no me conoce” le recuerda a su rel- ación diciendo: “La primera vez que lo oí cantarla, lloré y lloré.”
Ray falleció en junio de 2004 y Sheila elige recordarlo con cariño como el increíblemente talentoso “genio del soul”.
“Lo amo con todo mi corazón. Él dejó (a sus hijos) un legado impresionante. Yo sé que él nos amaba de verdad, a su manera”.
Hoy en día, acuden a Sheila a menudo para hacer interpretaciones de canciones más conocidas de su padre, desde “Hit The Road Jack” a “Georgia”, y aprovecha toda oportunidad para contar su historia de transformación.
“Dios me reveló que no era sólo una historia para mí, pero una historia para cambiar la vida de las personas – para sacarlos de la oscuridad a la vida”, dijo a Herald Times.
Sheila ahora visita las prisiones, iglesias y grupos de rehabilitación, junto con su marido, para cantar y compartir su mensaje de esperanza.
Sus memorias Detrás de las Sombras también está disponible en Amazon.com, compartiendo a través de sus experiencias que “Dios todavía está en el negocio de hacer milagros hoy en día”.
FUENTE: Periódico El Desafío (http://challengenews.org/us-