Princesa de Disneylandia de día y stripper de noche, Breanne comparte su historia de perdón.
Breanne creía que algún día podría llegar a ser una estrella de Hollywood después de haber sido firmada por una agencia de talento a los 10 años para comerciales internacionales y programas de televisión. Ella nunca pensó que iba a trabajar como stripper y ser atormentado por la culpa y la vergüenza durante años.
Semanas antes de finalizar su segundo año del colegio secundario, el amor estable que había disfrutado como una niña se derrumbó cuando sus padres decidieron divorciarse. Viviendo con su madre y odiando a su padre por sus infi delidades pasadas, Breanne recuerda que para llenar el vacío que su padre había dejado, los muchachos se convirtieron en “lo único en lo que podía pensar”. A raíz de un aborto a los 15 años, Breanne recuerda: “Mis calificaciones ya no eran tan buenas y empecé a fumar marihuana y a usar drogas. Yo estaba lidiando con un montón de emociones y sin tener a nadie con quien hablarlas”. En la escuela secundaria comenzó a trabajar en Disneylandia, estaba de fi esta cada fi n de semana y dice que “sentía estar control” cuando coqueteaba y dormía con “el chico que quería”. Después de salir de casa, las propinas que recibía eran insuficientes como camarera en un nuevo parque temático de Disney, y la impulsaron a probar de camarera de cócteles en un club de striptease. En su primer día, bailó en el escenario y estaba tan contenta con la atención y el dinero que ella comenzó a desnudarse como segundo empleo. Durante un período de tres años Breanne vivió con un novio que era físicamente violento con ella, a tal punto que una vez le cubrió la boca y la nariz para que dejara de gritar y respirar. “Esa fue la única vez que oré a Dios para que me ayudara”, dice.
Desesperada por conseguir el dinero para el alquiler, Breanne volvió a ser una bailarina de striptease, y también se convirtió en una princesa en Disneylandia. Breanne explica; “Yo era Blancanieves y Ariel en Disneylandia, saludando y sacando fotos con los niños. Me encantaba, pero todavía no estaba recibiendo el amor y la atención que ansiaba. “Durante el día yo era una princesa y por la noche que era una stripper. Vivía en dos mundos completamente diferentes. Comencé a usar drogas más pesadas como una forma de ‘escape’ a mi realidad, pero sólo hasta el punto que todavía me permitiera funcionar al día siguiente”. Breanne todavía estaba de fiesta, hacía striptease y dormía con cuanto muchacho quisiera cuando comenzó a asistir a la iglesia esporádicamente con sus compañeras princesas de trabajo, con las que vivía en una casa en la playa de Newport. En lugar de sentirse condenada por Dios, Breanne dice: “Yo podía sentir a Dios tirando de mi corazón (para que me vuelva a él), pero yo no quería oír acerca de las cosas que no debía hacer.” En 2006, la actitud de Breanne cambió por completo cuando su compañera de trabajo le presentó a “un gran tipo de una familia cristiana”. Ella dejó de bailar antes de su primera cita para no tener que mentir acerca de dónde estaba, y luego le confesó su pasado después de su compromiso.
“Él era tan amoroso y compasivo que no le dio mucha importancia. Me mostró amor verdadero y me dijo que mi pasado no cambiaba la forma en que él sentía por mí”. En un lapso de dos años tuvieron una hija y un hijo, y asistían a la iglesia cuando vieron a una mujer llamada Jaime hablando del perdón misericordioso de Dios después de su anterior vida como stripper y su ministerio a strippers, llamado Divine. “Lloré durante toda su historia. Yo sabía que Dios estaba hablando a mi corazón para que sea parte de Divine”. Al poco tiempo ella estaba colaborando como voluntaria con ellas, compartiendo su historia con strippers y dándoles bolsas de maquillaje y golosinas, pero había un paso más para dar en el proceso de sanidad de Breanne. Durante una reunión con un anciano de la iglesia, Breanne recuerda: “Por primera vez en mi vida le pedí perdón a Dios por lo que había hecho en mi vida anterior y me sentí como que un peso fue quitado de sobre mis hombros. “Mi pasado ya no me molestaba más y ahora tenía a las mujeres con quienes hablar que sabían exactamente por lo que había pasado. “Dios sabía justo lo que necesitaba cuando me guió a Divine y ahora siento que realmente estoy haciendo cosas grandes al compartir mi historia de perdón, la gracia y la sanidad.” ●
FUENTE: Periódico El Desafío (http://challengenews.org/us-