Tim comparte en qué se convirtió el abuso infantil que marcó el comienzo de un mundo secreto
Tim Ross tenía sólo ocho años cuando su vecino comenzó a abusar de él en su garaje. “Yo no sabía lo que estaba haciendo, pero sabía que no estaba bien,” Tim explica en su testimonio, en un video de “Yo Soy Segundo” en internet. “Llegué a casa esa tarde, entré por la puerta y mi madre me preguntó ‘¿cómo fue tu día?’ Ese fue el día en que me convertí en un mentiroso profesional, y era muy bueno en eso”. Tim fue llevado al garaje de su vecino en múltiples ocasiones, y dice que no sabía cómo procesar o hacer frente a lo que le estaba sucediendo. “Lo único que sabía era que, si mi padre se enteraba, lo mataría. Así que tuve que mantenerlo en secreto”, dice.
Mientras él ocultaba los efectos de este abuso y su creciente adicción a la pornografía, Tim comenzó a despreciarse a sí mismo. “Yo había creado un personaje que en la escuela era amado por todos, y luego me iba a mi casa y me producía rechazo porque no podía dejar de mirar pornografía. El efecto de mantener un secreto tanto tiempo es que nunca se tiene la libertad para ser uno mismo. Es un tormento del alma y una molestia a la conciencia”.
Tim tenía 19 años cuando su madre lo sorprendió en el acto. “Me daba vergüenza, me sentí como un pervertido. Me sentí completamente disgustado conmigo mismo “, admite. “Porque ella es una mujer de oración, mi madre se fue a su habitación y comenzó a orar por mí. Probablemente sea la mejor oración que mi madre haya orado”. Fue en ese momento que Tim se enfrentó con una elección: fingir que nunca sucedió o confrontar a su mamá acerca de la situación real. “Yo no la escuché, pero la oración de mi madre vino y me rescató. Me levanté, me limpié y caminé por el pasillo”, recuerda del momento antes de que confesara todo a los abusos que había sufrido. “Mi madre lloraba, yo lloraba, y luego se fue a buscar a mi hermano menor.
Él dijo también había sido abusado por el mismo hombre.” Cuando el padre de Tim regresó a la casa, le contaron lo que había sucedido. “Mi madre admitió que ella había sido abusada sexualmente cuando tenía seis años y mi papá confesó que él también había sido abusado cuando tenía cinco años. Así que, en una noche, mi confesión causó que todos en mi familia pueden admitir el dolor que llevaban dentro. “No puedo articular la libertad que sentí al poder decirle la verdad a alguien y no ser juzgado, y que finalmente salga la verdad a la luz y estar rodeado de nada más que de amor”.
Tim explica que la relación auténtica que sus padres tenían con Dios por medio de Jesucristo era algo que se destacó en ese momento. Sus padres, dice, me mostraron amor y no me juzgaron. No nos criamos en una atmósfera de hipocresía. Eran lo mismo en casa y en la iglesia”. Seis meses después de confesar su secreto, Tim aceptó a Jesucristo como su Salvador personal, con un corazón agradecido, sabiendo que había sido fi nalmente perdonado y limpiado de su pecado. “Me encantaría decirte que tan pronto como acepté a Cristo en mi vida abandoné la pornografía y nunca más regresé”, dice. “Pero el hecho de que el Señor fuera lo sufi cientemente paciente conmigo, sabiendo que no me tomó cinco minutos caer en ello, y probablemente no me tomaría solo cinco minutos para salir, pero, que si yo comenzaba a caminar con Él, Él empezaría a remover los niveles de esclavitud, abuso, abuso sexual, baja autoestima, y la necesidad de complacer a la gente… cuando empezamos a caminar (con Jesús) estas cosas comienzan a caerse.”
Dios trajo personas a la vida de Tim que fueron capaces de ayudar a lidiar con las problemáticas que había experimentado con el correr del tiempo y le mostraron el amor incondicional de Dios. Hoy Tim está felizmente casado, tiene dos hijos y trabaja como pastor y conferencista internacional, con la esperanza de compartir y animar a otros que llevan sus propios secretos. “Ha sido un gran caminar [con Dios], 14 años y sigo caminando… Ya no llevo secretos nunca más.” ●
FUENTE: Periódico El Desafío (http://challengenews.org/us-